Sunday, August 07, 2005

Usando animales por capricho y vanidad

Diariamente vemos como los humanos emplean animales -o sus productos derivados- en su vida. Los animales como alimento es uno de los usos que podría parecer mas racional y justificado. Pese a ello, existen varias razones que generan conflictos existenciales en aquellos humanos particularmente sensibilizados hacia detener el uso de animales como alimento. Algunas de esas razones serán planteadas también en Nuevas Actitudes en un futuro cercano.

Podría tomar como ejemplo prácticamente cualquier animal, pero sin duda algunos resultan casos mas relevantes para la idea que deseo expresar. Para empezar consideremos el caso general de las tortugas. Las tortugas son reptiles asombrosos, claro está, para aquellos que tienen alguna información sobre ellas. Información básica relativa a distintas especies está disponible en Internet. Muchas tortugas suelen ser animales muy longevos, cuyo desarrollo sexual es lento, alcanzando su madurez reproductiva pasados muchos años desde su nacimiento. No se sabe con exactitud pero se cree que algunas podrían vivir mas de 70 años. Pese a su longevidad, sus eventos reproductivos suelen ser muy escasos, y de sus huevos, pocos individuos (si no uno solo) llegan a la edad adulta. Ustedes se preguntarán, ¿cuál es el problema? El problema es que la gente se come las tortugas o les da un uso totalmente injustificado. El humano, muchas veces conciente de estas características biológicas de las tortugas decide fabricar pulseras, monturas de anteojos, anillos, cintillos, peines, zarcillos, botones y ganchos de pelo a partir de su caparazón. ¿Dónde quedó nuestra “inteligencia y razonamiento”? ¿Donde quedó nuestro sentido común? ¿Necesitamos usar un peine de tortuga?, ¿La montura de nuestros anteojos debe ser de “carey” por alguna razón lógica y necesaria?. Detrás de cualquier accesorio de “carey”, por ejemplo, hubo una tortuga cuyo caparazón fue arrancado para convertirlo en objetos que podrían ser fabricados con cualquier otro material. Entonces, ¿cuál es el empeño con la tortuga? Existen otros usos igualmente absurdos: la sopa de tortuga como afrodisíaco o el consumo de sus huevos. Si una persona es impotente debería tomar Viagra, no matar una tortuga. Nada justifica un uso tan absurdo. ¿Vamos a perder para siempre animales como las tortugas por ignorancia y desinterés?

Otro uso que se le ha dado a los animales, no menos patético que el anterior, es visto por muchos de nosotros como innecesario, injustificado y absurdo. Me refiero, por ejemplo, a la verdadera necesidad de utilizar abrigos de piel de distintos mamíferos, o a la fabricación de calzado, cinturones, y carteras a partir de mamíferos y reptiles. Todos estos productos pueden ser elaborados utilizando materiales distintos a un animal. Un abrigo de piel, requiere muchas veces el absurdo sacrificio de 30 animales para cubrir el cuerpo de una persona. Ni siquiera se justifica el sacrificio de uno solo para un propósito tan innecesario como ese.

La pregunta es, ¿podemos prescindir de un abrigo fabricado con piel animal? ¿Podría sujetar mi cabello con un gancho plástico?. La respuesta es absolutamente afirmativa.

Cuando tengas que tomar una decisión, no escojas un producto hecho de tortuga o de cualquier otro animal. No comas tortugas. Si tienes hambre seguro cuentas con varias alternativas para alimentarte. Cada persona que se niegue a usar animales de esa manera estará haciendo de este mundo un mejor lugar para todos y perpetuando la naturaleza, ya suficientemente alterada. Actuemos racionalmente y pensémoslo bien, seamos mejores humanos.

Niégate a que la ignorancia, la irracionalidad y la desidia destruyan el mundo.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home